A la muerte de mi amiga Cristina Gil Imaz
Amazona de vientos, huracanes bordados,
guerrera que llegaste en buques de los cielos
cascada de unicornios, libertades que faltan
dos lunas que sangraban en terciopelos negros.
Escuche sus palabras pronunciadas al alba
respete su corona tallada de tormentos
su cuerpo con aromas de frutos limoneros
saciaron las penumbras de huecos en silencio.
Los arcos se hermanaron para iniciar el viaje
curtida su piel suave, traspasaron el tiempo
y en las diagonales de senderos activos
encontraron patrones y saltaron el miedo.
Los caballos salvajes le prestaron aliento
las hierbas más pequeñas le sirvieron de lecho
y la concupiscencia de las cigüeñas blancas
sirvieron de vestido a la dama de invierno.
Pilar Catalán.
Año 2011