Siempre hay rutas de sobrevivencia, piedras angulares a modo de soporte, el arte es una de ellas.
Abre la consciencia y permite dar nuevos significados a las cosas, los artistas, los humanistas, los científicos, tienen una gran tarea, humanizar el universo y hacer de esta realidad su morada.
Yo como ser, quiero habitar esa morada y no otra, denunciar aquellos que corrompen la armonía y son protagonistas de la injusticia.
MANIFIESTO
-Desconfio de lo seguro, permanente, catalogado y universal.
-Las nuevas iconografías contemporáneas e deslizan entre aperturas audaces, no lineales, perfecta cobertura de inseguridades, riesgos y anomalías. son quizá la vestimenta de la indefensión del siglo XXI y el diseño de nuevos cánones de extinción.
-Permanecer en rumbos diseñados unidireccionalmente es ejecutar nuestra propia traición, sin embargo persiste el equivoco al creer que garantizamos nuestra seguridad eligiendo el camino que se aleja de la periferia.
-Falsedades que arropan el conocimiento en ondulaciones de laberintos estereotipados ofrecidos por el mejor postor. Compra seguridad a precio de saldo, ármate para defender tu seguridad.
– Lo espontaneo, el inconsciente, el sueño, la explosión irracional, las vivencias al margen de lo permitido emergen otros paradigmas y percepciones que provocan estados anímicos que arrojan estéticas diferentes
-Yo quiero permanecer desnuda, si acaso la mudanza de mi piel pueda ser optativa.
-Me aferro a la maleta que envuelve mi locura, envoltura para no escuchar los mandamientos.
-Aprendo de las nubes milenarias, de formas pasajeras, que fluyen sin permancer y lloran lluvia.
-Odio los amores consistentes que agonizan al anochecer con vestimentas de coraje
-Sin reglas, sin estructuras también puede alterarse el esqueleto y crear nuevos rostros palpando el aura del holograma.
