Las Trece Rosas

Captura abanico trece rosas

telegramas 1

Es Tiempo de Memoria / Las Trece Rosas

 

Cruzaron la vida sin vivirla, desnudas, sin escuchar los mandamientos que siembran arrebatos. Aprendieron de las nubes milenarias, de sus formas pasajeras que lloran lluvia y fluyen sin permanecer. Agotemos su mirada en aguas, vientos y verdores, sin cerrar los amaneceres de dulces de luna en los que habitaron. ¡Qué dancen   sus envolturas anunciando justicias y aromas de deseos, haciéndonos sentir el calor de sus manos y el lustre de su piel !

                                                                                                            Pilar Catalán,  Artista visual

 

 

 

 

 5 de Agosto de 1939

Trece mujeres fueron ejecutadas por el régimen fascista de Francisco Franco

rosas juntas copia

POSIDONIA

Proyecto Posidonia.  Mar de Alborán

Posidonia oceánica es una planta acuática, endémica del Mediterráneo, perteneciente a la familia Posidoniaceae libera al ambiente hasta 20 litros de oxígeno por día y por m2 de pradera. En todo el mediterráneo las praderas de Posidonia están en regresión debido al impacto causado en el medio ambiente por las actividades humanas.

Y trabajando……. Más allá de la descripción del objeto, más allá del análisis superficial, la imagen artística juega y transita por la abstracción, utilizando los símbolos para conformar la expresión y la trama y así envolver los aspectos más formales y observables.

Transito por un espacio desmaterializado, la matriz es la pantalla del ordenador con líneas de puntos, los pixeles, cuyas características cromáticas y luminosas están determinadas con anterioridad.

Todo es intercambiable y múltiple, y en este juego del enredo surgen propuestas artísticas seriadas, que pretenden eliminar las fronteras de lo acabado e implantar la velocidad como premisa obligatoria. El Arte Permutacional o Combinatorio involucra a la obra en su totalidad: Inicio – Proceso – Fin, revisando cada paso del trabajo. Todo el conjunto conforma la obra.

Primera fase Posidonia

Piezas expuestas en el CDAN. 19 septiembre 23 noviembre  2014

CDAN.Centro de Arte y Naturaleza. Huesca

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Autora. Pilar Catalán

Posidonia. Mural

Técnica. Gráfica digital

Serie de 56 piezas

Año 2015

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Portada Artes y Letras. Heraldo de Aragón. Antón Castro.

portada heraldo artes y letras fragmento

Portada Artigrama.Nº 32. Zaragoza

Monográfico.El grabado en Aragón. Presente y Futuro.

ENVIO ANTON

Autora. Pilar Catalán

Posidonia Oceánica. 

Técnica. Gráfica digital

Tamaño. 36 x 26 cm. (tamaño real A3 plus)

Año 2015

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Segunda fase Posidonia

El mar no es una caracola

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Arqueología Feminista Ibérica. Prólogo, Pilar Catalán

Arqueología Feminista Ibérica.

escanear0001Autora Francisca Martín Cano – Abreu

Prólogo, Pilar Catalán

Pilar Catalan 7916 BN

francisca martin cano abreuHace mucho tiempo que Francisca Martín-Cano Abreu y yo mantenemos una relación de amistad. Francisca es una feminista española, nacida en tierras andaluzas, en Lepe, Huelva. Escultora e investigadora de Arqueología, que decidió cambiar el orden de apellidos y anteponer al de su padre: Abreu, el de su madre: Martín-Cano, y aunque yo pueda resultar sospechosa por el amor que siento por Andalucía y sus gentes, por el embrujo, magia y misterio que esa porción de España despierta en mí, el testimonio que quiero dar de esta mujer no estará bajo ese influjo, más bien tendrá que ver con su hacer, determinación y pensamiento.

En 1985, un cambio de dirección en mi vida, me llevó a dejar Madrid, ciudad en la que vivía desde hacía casi veinte años y viajar a la provincia de Huelva, al término municipal de Lepe, donde se encuentra un pequeño núcleo denominado La Antilla y una playa con más de veinticuatro kilómetros de costa conocida popularmente como “la playa de Lepe”. Su situación estratégica al Suroeste de la provincia en la costa occidental onubense, entre Lepe e Isla Cristina, a unos 35 kilómetros de Huelva y a 30 de Portugal, ha determinado que sus gentes sean herederas directas de aquellos marineros, protagonistas de grandes hazañas, que acompañaron a Cristóbal Colón en su primer viaje, como: Rodríguez de Triana o el grumete Pedro Lepe. Según la historiografía, Rodríguez de Triana gritó ¡tierra! cuando avistó el que luego sería el Nuevo Mundo.

Esta provincia onubense bañada por el Océano Atlántico, albergue de azules de prusia y cobaltos, con ondulantes matices plata e impecables arenas blancas, sembró en mí, una semilla seductora y persuasiva y fue determinante para elegir esta provincia andaluza como sede y paréntesis de reflexión en mi vida; y así, en la quietud y reposo de un paraíso hallado, aspiraba a rehabilitar unos orígenes desgastados, extraviados o confusos. Con toda esta tarea pendiente, ceñida a un espacio y a un tiempo, oí por primera vez el nombre de la autora de este libro.

Son estos parajes cuna de su infancia y pubertad, donde va a realizar sus primeros estudios de Ingeniería Técnica Industrial Electrónica en el Politécnico de La Rábida (Huelva), aunque pronto sus inquietudes y afanes le crean la necesidad de dejar Andalucía y emigra en 1978 a Zaragoza donde fija su residencia y amplía sus estudios a otras disciplinas. En estos últimos años el escenario de su vida, de su trabajo, y sus acciones, se comparte entre Zaragoza y La Antilla, donde hilvana la trama y la urdimbre de sus múltiples actividades relacionadas con el Arte y la Literatura; y precisamente será en sus tierras de origen, guardada y resguardada por aguas espumosas y enigmáticas, enmarcada en una atmósfera de luz envolvente que cubre el pequeño torreón de la casa familiar que todavía conserva, donde va a fabular lo que va a ser su última publicación.

La primera vez que escuché hablar de esta lepera fue durante mi estancia en Andalucía, aunque yo no la conocí hasta finales de la década de los 80 en Zaragoza, en una tarde de riguroso invierno, fría y especialmente gris de la que seguramente la Diosa Deméter, “como portadora de cambios climatológicos era la causante”. Respiraba una exagerada sensibilidad y detecté una extraña pasión al hablar de sus creencias, a medida que nuestra conversación se prolongaba, me sentía agradablemente sorprendida por su conocimiento y práctica del pensamiento lateral, su innata rebeldía y su distribución gratuita de grandes dosis de estímulos, así que las horas fueron pasando y nos despedimos sabiendo que se había creado un vínculo que se prolongaría en el tiempo, como así ha sido.
En la ciudad de Zaragoza amplió sus estudios y configuró un curriculum heterodoxo: Cursó la carrera de Psicología Clínica, Estudios en la Escuela de Artes y Oficios para aprender las técnicas artísticas de: modelado en barro, en cera, soldadura en hierro, tallado en piedra o madera. Muestra su trabajo en diferentes exposiciones y realiza varias Esculturas Urbanas monumentales, algunas colocadas en Parques públicos como “Monumento a la Paz” (1988), instalado en el Parque de la Paz de Zaragoza; “Awoltan” (1991), situada en el Parque de Zafra, Huelva, forma parte del fondo del Museo de Arte Contemporáneo; o “El Monumento a los Descubridores” (1992), emplazado en el Parque Quinto Centenario de Lepe (Huelva). Paralelamente se involucra ampliamente en el campo de la literatura, testimonio de ello son los innumerables artículos sobre Arte de Vanguardia, Critica de Arte, Psicología y Feminismo.

Desde 1990, su insaciable curiosidad la lleva ampliar horizontes e inicia una ruta continua y arriesgada, la investigación, y además la investigación en varias disciplinas: Antropología, Arqueología, Mitología, Religión, Astronomía… descubriendo en ese largo recorrido, según palabras de la autora, “las claves del significado del arte y de la religión de la Prehistoria y del verdadero papel de la mujer en aquellos lejanos tiempos”. Sus escritos en las ciencias de Arqueoastronomía y Antropología, que publica a partir del año 1998 son abundantes, elaborados con diferentes formatos: conferencias, comunicaciones a Congresos de Arqueología y de Astronomía, y en numerosos artículos publicados en formato digital y en revistas de papel. Su hacer la sitúa como otras autoras feministas en combate permanente para deconstruir muchos de los paradigmas establecidos desde distintas áreas del conocimiento.

Desde 1999 como defensora de la visión feminista, su objetivo es colaborar a desarticular un lenguaje androcéntrico, que parece no necesita justificación ninguna, y otorga a los varones una superioridad absoluta. A partir de este momento vuelca su actividad mental en un conjunto de opiniones y juicios uniendo lo racional, la abstracción, lo creativo y artístico, para explicar y enmarcar su trayectoria acentuada por un activismo al que no quiere renunciar y que es soporte fundamental de su ideología y “estar”. Cito sus palabras como demostrativo de sus reflexiones: “me dedico como principal sentido de mi vida, a denunciar y divulgar con una postura valiente y atrevida las manipulaciones, de los que aún tienen el poder y lo ejercen de forma dictatorial”, o “en los últimos años me he dedicado a divulgar los datos arqueológicos y las deducciones antropológicas de las sociedades maternales habidas en la Prehistoria, que hacen tambalear la visión patriarcalista y los dogmas generalmente admitidos en el mundo oficial de la Arqueología y la Antropología”.

Durante todos estos años no ha abandonado sus objetivos, por tanto su trayectoria cuando menos hay que conocerla para ver los hallazgos y la percepción de esta mujer sobre las proposiciones y cánones patriarcales de épocas pasadas y presentes. Su registro es la obsesión de un viaje como observadora meticulosa de los roles que las mujeres han tenido en la Prehistoria y otras sociedades primitivas en lo social, cultural económico y religioso.

A mí, y creo que hablo por muchas mujeres, nos seduce sus aliadas y compañeras de viaje: la valentía, la honestidad, la franqueza inexorable, la audacia…, imprescindibles para tejer el mundo que propaga y moverse entre las ásperas discordias que suscita su presencia en el mundo de algunos eruditos. Quizás es su personalidad periférica, sus declaraciones y actuaciones consideradas algunas de ellas estrambóticas y provocadoras, lo que intimida aquellos que se mueven en el inmovilismo y responden a sus miedos con acerbas e interesadas críticas; es el gran séquito de los que han hecho de las verdades a medias su legado, de los hipócritas y fariseos que se escandalizan porque sienten amenazados sus templos del saber y su predominio.

Su conocimiento de la Prehistoria, la conexión y maridaje que establece con la Astronomía, el Arte, la Religión y la Arqueología muestra otra parte del holograma que viene a llenar el gran vacío existente al evidenciar las limitaciones o falsos enfoques de muchos de los arquetipos aceptados. Lo que resulta más paradójico es que algunos de sus detractores más acérrimos intentan apropiarse de sus hallazgos revistiendo de legalidad el plagio, sin escrúpulo, ni vergüenza.

Podemos indagar su actividad y establecer un vínculo muy estrecho entre mujer artista y mujer feminista, sus libros ilustrados por ella misma con miles de dibujos creados, contextualizados, intervenidos, recopilados, ordenados en ideogramas, alegorías, signos, símbolos, metáforas, paciente e inteligentemente conforman una iconografía de denuncia por algo que nos ha sido arrebatado o erróneamente descrito: el rol que nuestras ancestras mas lejanas tuvieron en la Prehistoria y el ocultamiento, la distorsión, la perversidad o la ignorancia mantenida durante siglos.

Pequeños análisis de la trayectoria profesional de esta artista multidisciplinar nos conduce a ciertos eventos en los que ha sido sujeto activo y subversivo desde una perspectiva de género, en la teoría y en la acción, como la performance que realizó en el año 2008 en la que decidió aparecer desnuda a lomos de un équido durante la romería celebrada en el Terrón en honor de la Virgen de la Bella. Algunos titulares rezaban así: La ‘Lady Godiva’ de Lepe se desnuda.

Creo que ni desde el punto de vista feminista y tampoco desde el campo artístico se ha evaluado o contextualizado la performance “La Lady Godiva del siglo XXI” de esta activista cultural abanderada de la libertad. Cabe subrayar que esta acción aunque estrechamente ligada a las artistas mujeres que trabajaron en el arte de la performance en el siglo XX, e hicieron de su cuerpo el soporte artístico con el objetivo de visibilizarlo y reparar la injusticia milenaria a la que han estado sometidas: maltrato, violación, victimismo, y un largo etc., la propuesta de Martín-Cano irrumpe y establece una diferencia estética y conceptual, ya no es un cuerpo ultrajado, humillado, sufriente, sacrificado, víctima de una sociedad patriarcal como expresaban las artistas del siglo XX –sigue esa tendencia en el siglo XXI- es un cuerpo natural, exuberante, victorioso que es sujeto agente de su propia vida. Esta resurrección activa, rechazando el pudor y la más rancia tradición, exhibiendo lo considerado sacrílego como un instrumento de concienciación y regeneración, va a suponer una referencia ineludible. Es en definitiva, una acción direccionada a eliminar lastres y mostrar otras formas de estar en lo social y también en lo artístico dentro de un contexto religioso y represor, enseñándonos que otras metodologías y propuestas son posibles y obligadas. Despojada de sus creencias, de lo que le enseñaron como verdad absoluta, inmutable, infalible, son provocadoras sus palabras cuando declara y apuesta por derogar los dogmas, base inalterable de la religión católica: “La educación religiosa era tan arbitraria como falsos los dogmas cristianos en los que se basaban”.

Su carrera literaria se profesionaliza cada vez más y publica sus investigaciones en tres libros en papel. 1999: Claves del arte. 2012: Tomo 1: Sexualidad femenina en diversas culturas. 2013: Tomo 2: Sexualidad femenina en ritos, obras de arte y mitos. 2015: Arqueología Feminista Ibérica.

No es objeto de este prólogo exponer el poliédrico curriculum de esta mujer, porque escapa al objetivo del mismo, pero sí, recordar su formación interdisciplinar, primero porque no resulta fácil de incorporar en una misma persona y porque estos conocimientos y habilidades están estructurados en sus escritos de forma creativa, regular y sistematizada.

En su última obra, la piedra angular sigue siendo por un lado, la investigación orientada a la obtención de nuevos conocimientos que respalden sus hallazgos y por otro, a la utilización de nuevas aplicaciones e insólitas estrategias orientadas a descubrir claves y códigos cifrados, de lo más singular, invisible y nunca propuesto, desenmascarando la configuración y falta de rigor de muchos manuales al presentar la “Ciencia prehistórica” como un legado ortodoxo, absurdo e insostenible que relega a la mujer como sujeto sin identidad propia situándola en una existencia falocéntrica.

Sin dejarse influir por los axiomas, premisas y reglas del tablero de juego, sus ideas y maneras de proceder se sustentan en datos e informaciones exhaustivas, tratando de llegar a comprender las conductas de nuestras ancestras con una nueva mirada que escudriña y estudia en profundidad gráficos, textos y documentos de los modelos clásicos aceptados, para terminar apostatando de un orden cargado de moralidad e intereses expresados en el pensamiento machista. Es previsible que sus hallazgos influyan y modifiquen una parte del orden establecido, sabiendo que toda intención de poner fin a las limitaciones dibujadas por el patriarcado, genera rechazo y violencia, y aunque afortunadamente cada vez hay más pensadores/as afiliados a la búsqueda de la verdad que pretenden borrar la falacia de que las mujeres han sido creadas para ser las subordinadas de los hombres. La resistencia de muchos intelectuales persiste y siguen empecinados en arrebatar el rol hegemónico de la mujer en general y concretamente del periodo prehistórico investigado por Francisca Martín-Cano, relegándolas a las tareas domésticas y a permanecer eternamente pasivas, sin molestarse en descubrir y descodificar los mensajes que en las numerosas muestras artísticas evidencian claramente otros comportamientos.

Es una experiencia conmovedora y a la vez inquietante la travesía iniciada por esta mujer que va desobedecer lo esencial que circunscribe el pensamiento jerarquizado ejercido por el varón en una sociedad que todavía hoy decreta la inferioridad natural de la mujer y busca su conformidad en las religiones para perpetuar sus creencias a las que dota de carácter universal. Para desmembrar y eliminar el discurso tradicional y evitar la repetición de patrones de intercambio sociosimbólicos apoyados en la autoridad y el gobierno único ha ideado una estructura conceptual que engloba en un primer apartado, el análisis desde enfoques históricos y sociológicos en el triángulo mujer, arte, religión; en un segundo esboza un circuito artístico sobre el rol sexual de la mujer, el lugar que ocupaba la Diosa y su relación con el cosmos. Son pues continuos sus intentos por evitar las metodologías propias de una lógica androcentrista y en consecuencia su obsesión por rechazar lo definido y cerrado, bien para destruirlo o restablecerlo, pero siempre para darle vuelta y moldear su interior, evitando así la trampa de repetir la historia y mantener las mismas formas de poder de unos comportamientos que discriminan y minusvaloran a las mujeres.

Conforme avanza y se consolida su trabajo la escritora aborda diferentes temas en profundidad y extensión, con demostraciones de lo estudiado y encontrado, véase como ejemplo, la crítica que hace de aquellos autores que entienden que en las sociedades occidentales la monogamia reposa en la genética y es el tipo de unión conyugal más habitual, sin entender, como nos explica la autora, que son problemas sociales y económicos los que posibilitan que la mujer sea explotada y oprimida. En la temática de su universo encontramos otros aspectos aceptados íntegramente en la falocracia, que rebate con pasión e interroga desde su perspectiva interdisciplinar, tales como: la generalización de la escasa representación de la mujer en el arte prehistórico, o la consideración obsoleta de muchos historiadores prehistóricos respecto a la filiación referida exclusivamente al padre en la Prehistoria, abortando el matrilinaje e intentado borrar las huellas del sistema de descendencia por línea materna, en este sentido cito textualmente a la autora: sabemos que todas las sociedades prehistóricas de lugares muy alejados en el tiempo y en lo geográfico, fueron matrilineales antes de evolucionar hacia la patrilinealidad.

Martín-Cano recoge el legado de nuestras ancestras porque ella también es una iniciada, ha encontrado la llave para abrir los mensajes codificados y así poder interpretar cientos de piezas artísticas prehistóricas: pinturas en vasijas cerámicas, relieves o esculturas responsables de representar a una mujer emancipada que ejerció todo tipo de profesiones, y fue sujeto activo de su sexualidad -en este sentido sus hallazgos son valiosísimos en lo referente a la homosexualidad femenina- eliminando falsos postulados como que “solo el hombre cazaba” y ostentaba el poder. En un salto cualitativo plantea la supremacía de la mujer consagrada a la divinidad y protagonista de actos religiosos, demostrado por el porcentaje exhaustivo de imágenes, testimonios fieles, que representan a sacerdotisas en ceremonias, rituales y otros encuentros cuando ellas eran las mensajeras e intermediarias de la Diosa Madre como única representante de todo lo creado y símbolo de la fertilidad a la que rendían culto. Ahora ya sí, el legado divino nos pertenece y eliminamos la máxima que siempre ha estado presente “el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios”. Estos hallazgos colisionan con el adoctrinamiento que hemos recibido, que no ha permitido, ni permite cuestionar “los modelos a seguir” difundidos por otras creencias e ideologías que aúnan prácticas sociales, conductas y credos religiosos cuyos objetivos están dirigidos a promover el sometimiento y negación de la mujer.

Es fácil entender que sus hallazgos históricos, antropológicos, arqueoastronómicos… resultado de muchas horas de trabajo, suscite recelo en primera instancia y un deseo indecoroso de apoderarse de algo muy valioso, que estructura el camino hacia una revolución copernicana como explica en sus textos y que muchos quieren hacer suya, practicando un tipo de inquisición salvaje.

Envuelta por las ideas de Francisca Martín-Cano Abreu visiono en fragmentos el tiempo transcurrido del acontecer humano, compruebo con impotencia y malestar que a pesar de los logros que el feminismo ha conseguido en su lucha, dista mucho de haber eliminado los prejuicios acumulados durante siglos, y que desgraciadamente hoy en la primera década del siglo XXI, la desigualdad de géneros sigue estando vigente y presente. Lo más dramático del asunto es que muchas generaciones de intelectuales son culpables en España y en el mundo de esta tardanza insostenible para alcanzar la igualdad. Los venerados, aplaudidos y reconocidos como padres intelectuales, saga de sabios y prestigiosos hombres que han alcanzado los mayores reconocimientos, han sido incapaces de posicionarse en defensa de los derechos de la mujer y su emancipación, y cito por su misógina exasperada y su indiscutible verborrea sobre la anti-emancipación de la mujer, al médico español Don Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel, eminente hombre de Ciencia, reconocido internacionalmente en los ámbitos científicos e históricos; a Don Gregorio Marañón, médico endocrino, científico, historiador, escritor y pensador español que aunque quizá de manera más glamurosa no dejaba de reflejar el mismo pensamiento; al gran filósofo Don José Ortega y Gasset, autor de imprudentes y vejatorias palabras; o las del filósofo, poeta, músico, Friedrich Nietzsche que en su obra Zarathustra menosprecia vilmente a las mujeres.

Si nos lo proponemos la lista podría resultar interminable y me surge la tentación de incluir a dos grandes filósofos griegos como Platón y al democrático Aristóteles y en general en esta órbita a toda la sociedad griega que reposaba sobre el hedonismo juvenil varonil, en Grecia sólo la voz de una mujer la poetisa Safo, de la isla de Lesbos, exalta la belleza y virtudes femeninas.

Hoy, en una sociedad que presume cada vez más de igualitaria, seguimos sumando candidatos, por derecho propio forman parte del listado Eudald Carbonell que censura y desautoriza la trayectoria de Martín-Cano, o en otro ámbito, la perversidad de Larry Zimmermann que sugiere desacreditar como pseudocientífico» a quien nombrase a la Diosa Madre, como argumenta la autora.

Estos comportamientos imputan a los responsables varones por su visión dogmática durante siglos, disfrazados de padre, maestro, o propietario que haciendo gala de su incapacidad de razonar, reflexionar e intuir, no han sabido valorar las consecuencias que sus actitudes, de aversión, desconfianza y maltrato han traído a más de la mitad de la humanidad, las mujeres, y que sólo desde el planteamiento de la desestabilización del padre y la deslegitimación de lo patriarcal se puede iniciar el camino para conseguir la igualdad de género y así restablecer una sociedad más justa y equilibrada.

El entramado desde una perspectiva femenina, ofrece una óptica diferente, somos conscientes de que son mayoritariamente las mujeres las que han descubierto pruebas y múltiples evidencias de lo que estaba enterrado y son ellas las que han defendido y luchado por reconstruir lo andado por el ser humano, para restaurar la simetría y conseguir una participación paritaria; y este logro pasa porque todas las mujeres adquiramos conciencia, conozcamos y estudiemos muy de cerca no sólo los productos de nuestras coetáneas sino el de nuestras predecesoras más lejanas en el tiempo, por ello queremos recordar y citar algunas mujeres que por su osadía y desafío a lo establecido en diferentes campos del saber, comenzaron una lucha en épocas difíciles y aunque el borrado, lo no representado, lo invisibilizado, forma parte de la tergiversación del machismo, cada vez más son las rescatadas, cada vez más se presenta una historia distinta de la que nos habían enseñado.

El registro podemos hacerlo interminable, nombraremos algunas pioneras por sus ideas feministas y revolucionarias en la literatura y el arte por ser estas dos disciplinas utilizadas por la escritora de este libro. Ellas y muchas otras: Olimpia de Gouges, Federica Montseny, Concepción Arenal, Carmen de Burgos, Clara Campoamor, Teresa Claramunt, Victoria Kent, Federica Montseny, Margarita Nelken y Emilia Pardo Bazán… entre las artistas visuales, a Nancy Spero, Ana Mendieta, Frida Khalo, Judy Chicago, Miriam Scapiro, Cindy Sherman, Nelly Richard y Adriana Valdés, quiénes desde distintas posiciones artísticas, teóricas, políticas, se expresaron con un marcado acento crítico y de denuncia en sus obras y acciones, revelando en ellas su pensamiento feminista.

En España, es inevitable citar al movimiento anarquista y aunque existía la contradicción entre sus propuesta teórica y su praxis patriarcal, fue en el seno de este movimiento libertario donde germinará el Feminismo Ibérico y las mujeres más emblemáticas, como la periodista y escritora de afiliación anarco sindicalista Lucía Sánchez Saornil, que rebatió la consigna de los partidos de izquierdas, que subordinaba la lucha de las mujeres a la lucha de clases, por considerar que no era la vía ni el marco apropiado para conseguir la igualdad de la mujer, pensando que era urgente crearse mecanismos de divulgación y actuación por parte de las mujeres para empezar a trabajar.

Sánchez Saornil fue una feminista singular para su época, por lo que muchas de sus teorías y reivindicaciones siguen vigentes en la primera década del siglo XXI; tuvo la fuerza para enfrentarse a los criterios de la época, tanto en el campo de la política como en el de la ciencia, en uno de sus escritos contestó sarcásticamente a Don Gregorio Marañón a propósito de sus ideas humillantes y acientíficas sobre la mujer. En 1936 fundó, junto con la pedagoga Mercedes Comaposada y la médica, activista antifascista, libertaria, escritora y divulgadora española Amparo Poch y Gascón la célebre revista Mujeres libres, que se transforma pronto en un movimiento de lucha por la emancipación y libertad de la mujer, “la Federación Mujeres libres” cuyo objetivo era “elevar el rol de la mujer como el del hombre”, a un nivel de cultura superior que les permita batallar juntos en la construcción de una sociedad más justa y humana; y afirmaba que el “feminismo que buscaba su expresión fuera de lo femenino, tratando de asimilar virtudes y valores extraños [masculinos] no nos interesa”.

Por último, en el campo artístico quiero mencionar a la que es considerada como una de las referentes más importantes de la historia del Arte Feminista, Linda Nochlin nacida en 1931, historiadora, profesora de arte y escritora que cuestionó las bases mismas de la historiografía del arte desde una perspectiva feminista, denunciando los cánones patriarcales y el empoderamiento espiritual de la figura del genio como el único sujeto masculino. Autora de un texto fundacional de la crítica de Arte Feminista, publicado por la revista Art News en 1971, ¿Why have there been no great woman?

Hoy existe una gran red de rescate feminista formada por miles de mujeres que están en condiciones de vaticinar otra visión del mundo y de escribir una nueva cartografía libre de comportamientos indebidos y vergonzosos. Es el proyecto de todas, de las más notables y guerreras, pero también de las anónimas, obligadas a desperdiciar su talento, que han sufrido indefensión, acoso, aislamiento o maltrato. Martín-Cano tiene un sitio en este universo, por su trabajo, perseverancia y su labor implacable de restaurar una parte de la Historia de las Mujeres.

Pilar Catalán Lázaro. Licenciada en BBAA y Artista Visual